Es muy importante tener una piel limpia, lisa y sana antes de exponerte al sol ya que de lo contrario tu piel se podría manchar. Cuando hay exceso de piel muerta ésta deja una mancha al desprenderse si hemos tomado el sol sin haberla eliminado antes.

Hazte una exfoliación corporal.

Durante todo el año debemos cuidar nuestra piel pero cuando llega el verano es aun más importante este cuidado y se recomienda someterse a un tratamiento de exfoliación corporal. De esta forma, eliminarás la capa superficial de la piel y la dejarás preparada para poder recibir los rayos del sol, eso si, antes debes ponerte protección solar. Esto te ayudará a conseguir un bronceado más duradero y bonito.

El exfoliante lo debes aplicar frotando bien y haciendo un suave masaje con movimientos circulares. Por último retira el producto con un paño mojado en agua.

Aplica crema corporal en todo el cuerpo.

Después de la exfoliación, aplica una crema corporal hidratante para protegerla de los agentes externos y darle un aspecto más saludable. Extiende por todo el cuerpo y conseguirás una hidratación profunda.

Antes de empezar a tomar el sol.

Es bueno que realices este tratamiento antes de empezar a tomar el sol con dos o tres días de antelación y repetirlo regularmente. No hace falta que lo repitas cada vez que vas.

Broncéate de forma gradual.

Es muy importante tomar conciencia de la necesidad de broncearse de forma gradual y no brusca. Para ello debes empezar usando una protección alta reduciéndola poco a poco. Aplica el protector media hora antes de exponerte al sol y cuando vuelvas, hidrata la piel de nuevo con una crema corporal.

Este proceso se puede aplicar también al rostro utilizando cremas faciales.

Incluso se recomienda que para tomar el sol en esta zona se debe empezar con una protección de 50 e ir bajándola poco a poco. De esta forma tendrás una piel perfecta durante muchos años.